A partir del año de 1953,
y tras un proceso de reubicación de lo que antes se conoció como la localidad
de Moreno, el municipio de Paz de Ariporo (Casanare) recibió su actual nombre. Según
los relatos locales, esta denominación obedece a dos motivos. El primero, y
desglosando su etimología —Paz—, se debe al acuerdo de paz firmado entre el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla y las guerrillas de los llanos orientales[1]. El
segundo –Ariporo–, por el río de nombre homónimo que pasa a orillas del
municipio.
Para sus pobladores es
motivo de orgullo saber que parte del nombre de su municipio deriva de ese
acuerdo de paz. Este acontecimiento es de suma importancia para la región,
tanto, que en el parque principal de Paz de Ariporo hay una placa
conmemorativa, donde Guadalupe Salcedo y el general Duarte Blum, estrechan sus
manos sellando el fin del conflicto (Mi Municipio, s. f.).
Quizás este hecho, aunado
a los relatos que por años algunos habitantes han difundido con bastante entusiasmo, dio origen a la creencia de que fue en estas tierras
donde las guerrillas liberales entregaron las armas. Otra circunstancia que pudo haber contribuido a esa narrativa, es una
visita del general Rojas Pinilla al recién fundado municipio de Paz de Ariporo,
en diciembre de 1953, referenciada en el libro El perdón a las ánimas de
Diana Flórez Páez.[2]
Sin embargo, no es cierto que en Paz de Ariporo, o en Moreno, se llevara a cabo este
armisticio. Registros documentales datan de manera prolija que fue en Monterrey
(Casanare), donde se produjo el desarme del grupo insurgente. «Guadalupe
firmó la paz en Monterrey el 22 de julio de 1953» (Bravo, 2021). «Luego de la entrega de las armas por parte de la
guerrilla en Monterrey-Casanare en septiembre de 1953, el movimiento
insurgente se disolvió, […]» (Memoria,
2023). Incluso, la página web de la alcaldía de Paz de Ariporo aclara que no
fue en esa municipalidad donde se realizó el desarme.
Parece trivial, una
simple confusión, pero hay cierta carga simbólica en considerar esta narrativa
como parte del imaginario cultural del municipio. Durante la época de la
violencia[3], la extinta localidad de
Moreno quedó convertida en ruinas, y sus sobrevivientes se vieron forzados a
abandonarla. Tras el fin del conflicto bipartidista, se abrió el
camino para que, a pocos kilómetros de allí, los moradores del sector construyeran
un nuevo hogar, procurando dejar en el olvido aquella época turbulenta.
Hoy, Paz
de Ariporo (fácil de pronunciar para los propios, y un enredo vocálico para el
foráneo), es un pueblo pujante cuya población ronda los 40.000 habitantes. Su
extensión territorial lo sitúa entre los más grandes del país, y gracias a sus
principales actividades económicas: la ganadería y la siembra de arroz, es uno
de los municipios más prósperos del departamento.
La historia, como
magistralmente describió Alfredo Molano, «no es algo que ya pasó y, sobre todo,
que ya les pasó a hombres notables y célebres. Es mucho más. Es lo que le
sucede al pueblo común y corriente todos los días, desde que se levanta lleno
de ilusiones hasta que cae rendido en las noches sin esperanzas… La historia es
una voz llena de timbres y de acentos de gente anónima» (Molano
& Múnera, 1995).
Tras resurgir de las cenizas
y el dolor, podría pensarse que el destino obró con cierta injusticia histórica.
De haberse dado aquí el armisticio entre el gobierno colombiano y las
guerrillas liberales, Paz de Ariporo no solo sería un guiño a este
acontecimiento, sino también la cuna de un pueblo donde la reconciliación pudo
más que la diferencia.
Es probable que si usted, al igual que yo, creía que Paz de Ariporo fue el epicentro de este hecho histórico, experimente cierta sensación de duda. ¡Tranquilo, es normal! Ante la confrontación de una creencia que por mucho tiempo se validó como verdad, la negación es de las respuestas humanas más predecibles y espontáneas.
[1] El 15 de septiembre de 1953, Rojas Pinilla firmó la paz con las guerrillas liberales de los llanos en Monterrey, Casanare (Loaiza, 2023).
[2] «En diciembre del mismo año [1953], el nuevo presidente visitó Paz de Ariporo, con su esposa Carola y su hija María Eugenia. El pueblo se volcó al aeropuerto, se decretó día cívico…» (Flórez Páez, 2021).
[3] La Violencia fue un periodo de intensos conflictos
políticos y sociales en Colombia, que tuvo lugar entre 1925 y 1958. Se caracterizó por la confrontación armada entre los
partidos políticos tradicionales (Partido Conservador y el Partido Liberal) (HistoriaUniversal.org,
2023)

