lunes, 15 de diciembre de 2025

Paz de Ariporo: la caída de un mito


A partir del año de 1953, y tras un proceso de reubicación de lo que antes se conoció como la localidad de Moreno, el municipio de Paz de Ariporo (Casanare) recibió su actual nombre. Según los relatos locales, esta denominación obedece a dos motivos. El primero, y desglosando su etimología —Paz—, se debe al acuerdo de paz firmado entre el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla y las guerrillas de los llanos orientales[1]. El segundo –Ariporo–, por el río de nombre homónimo que pasa a orillas del municipio.

Para sus pobladores es motivo de orgullo saber que parte del nombre de su municipio deriva de ese acuerdo de paz. Este acontecimiento es de suma importancia para la región, tanto, que en el parque principal de Paz de Ariporo hay una placa conmemorativa, donde Guadalupe Salcedo y el general Duarte Blum, estrechan sus manos sellando el fin del conflicto (Mi Municipio, s. f.).

Quizás este hecho, aunado a los relatos que por años algunos habitantes han difundido con bastante entusiasmo, dio origen a la creencia de que fue en estas tierras donde las guerrillas liberales entregaron las armas. Otra circunstancia que pudo haber contribuido a esa narrativa, es una visita del general Rojas Pinilla al recién fundado municipio de Paz de Ariporo, en diciembre de 1953, referenciada en el libro El perdón a las ánimas de Diana Flórez Páez.[2] 

Sin embargo, no es cierto que en Paz de Ariporo, o en Moreno, se llevara a cabo este armisticio. Registros documentales datan de manera prolija que fue en Monterrey (Casanare), donde se produjo el desarme del grupo insurgente. «Guadalupe firmó la paz en Monterrey el 22 de julio de 1953» (Bravo, 2021). «Luego de la entrega de las armas por parte de la guerrilla en Monterrey-Casanare en septiembre de 1953, el movimiento insurgente se disolvió, […]» (Memoria, 2023). Incluso, la página web de la alcaldía de Paz de Ariporo aclara que no fue en esa municipalidad donde se realizó el desarme.

Parece trivial, una simple confusión, pero hay cierta carga simbólica en considerar esta narrativa como parte del imaginario cultural del municipio. Durante la época de la violencia[3], la extinta localidad de Moreno quedó convertida en ruinas, y sus sobrevivientes se vieron forzados a abandonarla. Tras el fin del conflicto bipartidista, se abrió el camino para que, a pocos kilómetros de allí, los moradores del sector construyeran un nuevo hogar, procurando dejar en el olvido aquella época turbulenta.

Hoy, Paz de Ariporo (fácil de pronunciar para los propios, y un enredo vocálico para el foráneo), es un pueblo pujante cuya población ronda los 40.000 habitantes. Su extensión territorial lo sitúa entre los más grandes del país, y gracias a sus principales actividades económicas: la ganadería y la siembra de arroz, es uno de los municipios más prósperos del departamento.

La historia, como magistralmente describió Alfredo Molano, «no es algo que ya pasó y, sobre todo, que ya les pasó a hombres notables y célebres. Es mucho más. Es lo que le sucede al pueblo común y corriente todos los días, desde que se levanta lleno de ilusiones hasta que cae rendido en las noches sin esperanzas… La historia es una voz llena de timbres y de acentos de gente anónima» (Molano & Múnera, 1995).

Tras resurgir de las cenizas y el dolor, podría pensarse que el destino obró con cierta injusticia histórica. De haberse dado aquí el armisticio entre el gobierno colombiano y las guerrillas liberales, Paz de Ariporo no solo sería un guiño a este acontecimiento, sino también la cuna de un pueblo donde la reconciliación pudo más que la diferencia.

Es probable que si usted, al igual que yo, creía que Paz de Ariporo fue el epicentro de este hecho histórico, experimente cierta sensación de duda. ¡Tranquilo, es normal! Ante la confrontación de una creencia que por mucho tiempo se validó como verdad, la negación es de las respuestas humanas más predecibles y espontáneas.


[1] El 15 de septiembre de 1953, Rojas Pinilla firmó la paz con las guerrillas liberales de los llanos en Monterrey, Casanare (Loaiza, 2023).

[2] «En diciembre del mismo año [1953], el nuevo presidente visitó Paz de Ariporo, con su esposa Carola y su hija María Eugenia. El pueblo se volcó al aeropuerto, se decretó día cívico…» (Flórez Páez, 2021).

[3] La Violencia fue un periodo de intensos conflictos políticos y sociales en Colombia, que tuvo lugar entre 1925 y 1958. Se caracterizó por la confrontación armada entre los partidos políticos tradicionales (Partido Conservador y el Partido Liberal) (HistoriaUniversal.org, 2023)

viernes, 24 de octubre de 2025

Ya pueden encontrar mis textos en la librería Léeme y Leeré - Yopal.

De paso, aprovecho la oportunidad para invitarlos a visitar y a apoyar esta librería casanareña, liderada por una gran persona y una gran mujer.  

viernes, 19 de septiembre de 2025

¡Hola!

Estoy muy feliz de contarles de que Todo se queda en familia, mi más reciente publicación, ya está disponible. Es una colección de relatos, todos ellos ilustrados, que exploran lo ominoso y oscuro de la condición humana. 

Para mayor información de costos y envíos, te puedes comunicar al celular: 3117881613. 

viernes, 23 de mayo de 2025

El mango: el árbol estoico del llano

Cuando el verano está por culminar y el invierno se acerca, hay un acontecimiento que sin duda alegra la vista al recorrer las carreteras de los llanos orientales: la temporada de los mangos. Da gusto ver esa cantidad de pepas verdes y amarillas colgando de los árboles, tan inmensa que a veces da la sensación de que nunca fueran a acabarse.

Y es que a pesar de las altas temperaturas, en ocasiones alcanzan los 36, 37 C°, este árbol consigue sostenerse y lograr una producción de frutos impresionante. Tan grande es su cosecha, que durante el segundo trimestre del año el mango se convierte en el alimento más accesible (por no decir que gratuito) de todas las clases sociales de la región, y también, en uno de los de mayor variedad gastronómica.

En una primera etapa, lo encuentras en la presentación más apetecida de niños y adolescentes: el mango biche, de la mano de mucha sal, limón y pimienta. Luego está la presentación favorita de las mamás: el jugo de mango. De ahí en adelante se te puede aparecer en un dulce, un postre o en una ensalada para acompañar las comidas, y claro, en el menú habitual de las heladerías.

Pero el mango no solo te ofrece su exquisita fruta, al ser tan frondoso y casi siempre de gran tamaño, la frescura de su sombra te protege de esos calores inhumanos. La infusión de sus hojas es usada para desinfectar heridas o tratar enfermedades gastrointestinales. Y cuando su tiempo ha llegado a su final, sus hojas y ramas secas son el combustible perfecto para una hoguera, y su madera, la materia prima de muebles e instrumentos musicales.

Sin duda, uno de los árboles más pluri-serviciales que se encuentra en la Orinoquia.

Su existencia es un símbolo de abundancia, de seguridad alimentaria, en tiempos de escasez, cualquier mango es caviar. También es una oda a la resistencia, al estoicismo. Ni el verano más fuerte, ni la falta de cuido, ni las piedras que le lanzan para bajar sus frutos, logran mermarlo. Intacto e incólume, nos demuestra una vez más que la naturaleza, la vida misma, no sigue lógicas ni maneras dictadas por el hombre.

Quizás su único punto negro, si es que queremos encontrarle uno, es el chiquero que deja tras la mudanza de su follaje y el mosquero causado por la mancha blancuzca de su fruto. Pero siendo justos, para un árbol de tan generosas regalías, que nadie abona ni riega, que por lo general ni siquiera se siembra –basta con arrojar una pepa de mango a cualquier parte y esperar que la lluvia y el sol hagan el resto­–, es un precio más bien irrisorio el que debe pagarse.

Tal vez no lo recuerde –entre más cotidiano es un evento, más invisible se vuelve­­– pero es muy probable que algunos pasajes de su vida estuviesen acompañados por la presencia de este árbol. Desde una divertida bajada de mangos con amigos o familiares, o mecido en un chinchorro contemplando la existencia bajo su sombra, él siempre fue el aliado perfecto de esos ratos alegres y apacibles. Tan perfecto que, pese a no recibir reconocimiento por su benevolencia, año tras año la siguió ofreciendo sin ningún reparo.

jueves, 20 de marzo de 2025

La vida va en serio

En Colombia, una buena parte de los adultos mayores[1] no tiene acceso a privilegios o asistencias que les permita llevar de manera cómoda y digna esa etapa de la vida[2]. Y aun así, contando con algún tipo de respaldo económico o familiar para afrontar la vejez, asumo lo poco grato que debe ser aceptar estar en edad de pensión. 

De repente, ya no mides el tiempo de manera normal, por años o por décadas, sino por la cantidad de presidentes de la república o Papas a los cuales has sobrevivido. No entiendes los temas de conversación de los más jóvenes, y cada tanto debes pedirles ayuda porque las nuevas tecnologías parecieran estar en contra tuya a cada momento.

Te das cuenta de que tus capacidades motoras han disminuido notablemente, que te cansas con facilidad, que al menor descuido, sin importar el sitio, te quedas dormido. Ahora debes usar gafas para ver el nombre de los medicamentos y no confundirlos, si es que no olvidas tomarlos. Tu memoria a corto plazo desaparece, junto con el nombre de algunos familiares o conocidos.

A menudo vives de mal genio y ya nada parece ser de tu agrado. Le pides a la gente que hable duro para poder escucharla. Das respuestas incoherentes en las conversaciones porque malinterpretas lo que te dicen, o asientes con la cabeza o pronuncias monosílabos porque en definitiva no entendiste nada.

No puedes comer esto, o beber aquello, porque se te suben los triglicéridos o el azúcar.  Tienes dolores constantes de cabeza, huesos y espalda. Sufres de hipertensión, te agarra la menopausia, la andropausia, la gota, o el reuma. Tu estómago se inflama con facilidad, y cuando vas al baño, parece micción imposible.

Pierdes injerencia en el trabajo o en tus actividades cotidianas. Tus decisiones no son acatadas como antes, tus hijos simulan estar de acuerdo contigo en algunas cosas para no llevarte la contraria. A tus conocidos les aburre escucharte contar las mismas anécdotas de siempre, ignoran tus consejos y fingen divertirse con tus chistes.

Te arrepientes de las cosas que no hiciste, de irte de un lugar, de no haberte ido, de que no fuiste lo que querías ser, de haberte creído invencible. Pierdes la cuenta de tus muertos, vives con el recuerdo latente de ese ser amado fallecido, y a pesar de estar rodeado de personas, quizás de tu familia, te sientes más solo que nunca.

Das gracias por todo y te pones sentimental por cualquier cosa. Te sientas en una silla afuera de tu casa a contemplar a los transeúntes sin poder reconocerlos, y piensas en el ayer, lo añoras. Te sientes desconectado del presente, te parece hostil, no hay espacio para ti en él, lo que reafirma tu creencia de que todo tiempo pasado, fue mejor.


[1] En Colombia, los adultos mayores son aquellas personas que tienen 60 años de edad o más (Art. 3 de la Ley 1251 de 2008).

[2] Según el DANE, solo el 25,5% de las personas en edad de pensión goza efectivamente de esta prestación económica. – M., J. R. (2023, junio 21). Estas son las condiciones de vida de los adultos mayores en el país. Portafolio. https://www.portafolio.co/economia/finanzas/adultos-mayores-en-colombia-cual-es-el-panorama-actual-584749.

martes, 21 de enero de 2025

Tenemos que hablar

¡Hola! Me agrada que el blog siga teniendo visitas, así que compartiré por aquí algunas de las columnas que publico en otros sitios. 

Como siempre, muchas gracias por leerme ✌️.  

Al revisar unos guiones radiofónicos, hechos por los participantes de un taller de radio, al cual fui invitado como tallerista, encontré que la mayoría de los escritos contaban con la generosa colaboración de ChatGPT.

Comencé a sentir curiosidad por lo bien redactados que estaban los guiones, sobre todo uno en particular. Párrafos cortos y bien estructurados, con más puntos seguidos que comas y con los signos de interrogación y admiración completos. No eran perfectos, pero sí extrañamente buenos para jóvenes entre los 18 y 25 años que por primera vez hacían este ejercicio.

Hasta ese momento, pese a ciertas señales de un posible plagio, lejos estaba de imaginármelo. Tal vez mi escaso conocimiento en los usos de las inteligencias artificiales, y el hecho de haber subestimado un copie y pegue para esta tarea, hicieron que mis dudas sobre la originalidad de los escritos fuesen minúsculas.

Pero todo cambió cuando entregué la retroalimentación de los guiones. A los grupos que participaron, les escribí por WhatsApp felicitándolos por su gran trabajo y por aplicar los consejos dados durante el taller. La mayoría de los grupos respondió a mis felicitaciones con gran satisfacción y reaccionando con emoticones o stickers, excepto uno. La respuesta de este excepcional grupo fue una lacónica, pero reveladora frase: vale gracias.

Ese «vale gracias», me recordó la escena donde Watson, en Sherlock Holmes 2, descubre al asesino en el salón de baile. Tras derribar de forma deliberada una bandeja con copas de champán, Watson observa con atención al único hombre de la sala que no desvió su mirada en dirección a las copas rotas.

—El asesino tomó precauciones para no delatarse… — comenta Sherlock Holmes en una escena simultánea a la del salón de baile.

—Podría no ser tan obvio, continúa Holmes — un tic nervioso, señales de ansiedad. O tal vez sea lo opuesto: olvidar actuar natural. Un actor tan inmerso en su papel, que la única característica que no exprese sea una reacción espontánea.

Luego de consultar a un amigo sobre cómo saber si alguien estaba usando ayuda extra en sus escritos, me recomendó un detector de ChatGPT que podía encontrar en internet. Al pasar los guiones por el detector, el resultado fue bochornoso. Más del 87 % del contenido de los textos había sido generado por una IA.

Sentí un leve enojo por el tiempo que invertí revisando los guiones, pero ni el fraude, ni el hecho de que hubiesen pretendido engañarme, me molestó. No es la primera ni será la última vez que alguien decida utilizar un contenido ajeno, y luego lo haga pasar como propio. El plagio está mal y se debe reprochar y castigar. Pero, como diría una frase popular, «por ahí no van los tiros».

Lo que experimenté tras lo sucedido fue más bien desazón, desazón de corroborar que día por día ya nadie quiere imaginar. Y no solo son los jóvenes, los más grandes también andamos en esas. O estamos muy saturados, o muy vacíos, que hemos decidido de manera paulatina huir de cualquier esfuerzo que implique pensar.

Nos conformamos con ese lenguaje soso, reiterativo y simplón que a diario se nos impone, y que, como buenos vasallos, aceptamos sin mayor protesta. Estructurar palabras o sonidos de tal manera que nos permitan extraer la belleza habitada en ellas, nos abruma, nos molesta. Siempre jugando a lo seguro, a lo fácil, aplicando la ley del mínimo esfuerzo.

Viene bien para este momento, lo dicho por Estanislao Zuleta en su ensayo Elogio a la dificultad [1]:

«Hay que poner un gran signo de interrogación sobre el valor de lo fácil; no solamente sobre sus consecuencias, sino sobre la cosa misma, sobre la predilección por todo aquello que no exige de nosotros ninguna superación, ni nos pone en cuestión, ni nos obliga a desplegar nuestras posibilidades».

Hace poco vi en YouTube el Tiny Desk de Ca7riel & Paco Amoroso, dos músicos argentinos, que me voló la cabeza. Dos tipos, acompañados por un grupo de músicos estelares, interpretaron una serie de canciones con una cantidad de ritmos entremezclados, letras sensuales y extravagantes, y un solle brutal. Una locura que dura aproximadamente 17 minutos, y que quizás sea uno de los mejores productos audiovisuales del 2024.

Al verlos, pensé en lo importante de su existencia en un mundo como este: plagado de frases hechas, de sonidos y mezclas predeterminadas y de inteligencias artificiales escribiéndote qué decir. Se necesitan muchos como Ca7riel & Paco que quieran arrojar la bandeja al suelo, y que con el ruido de las copas le hagan saber a la gente que está viva, que se vale innovar, que el miedo a la experimentación y al raciocinio solo es propio de seres inseguros y limitados.


[1] Zuleta, Estanislao. (2017). Elogio de la dificultad y otros ensayos. Editorial Planeta. https://www.planetalector.com.co/usuaris/libros_contenido/arxius/44/43162_1_Elogio_de_la_dificultad_contemporaneo.pdf

 


Paz de Ariporo: la caída de un mito

A partir del año de 1953, y tras un proceso de reubicación de lo que antes se conoció como la localidad de Moreno, el municipio de Paz de Ar...